De generación
en generación se traspasaban los argumentos y las posiciones para combatir la
construcción del embalse Puntilla del Viento. Después de más de 85 años, parecía una discusión interminable. Sin
embargo, la respuesta final llegó desde donde menos se creía, desde el cielo.
Por años el baile chino Los Chacayes pidió a la divinidad
que protegiera su centenario templo, el mismo que sería inundado por el
embalse. Las rogativas se sucedían año a año, durante la conmemoración de la
Santísima Cruz de Mayo. Incluso hace unos 6 años nos incorporamos nosotros, el
baile chico “Adoratorio Cerro Mercacha” de la Escuela El Sauce, cuyos vasallos
también serían afectados directa e indirectamente por la construcción.
Después de mucho andar, el cielo nos entregó una
señal. Porque la respuesta llegó de donde menos pensaban, ya que son los Bailes
chinos quienes dilucidaron este pleito de años, pues hace muy pocos días la
Unesco entregó la categoría de Patrimonio de la Humanidad a los Bailes Chinos
de Chile.
El asunto se aclara cuando leemos lo que nos dice la página
el Consejo de Cultura de Chile “Con esta nominación, el
Estado de Chile, a través del CNCA, asume una serie de compromisos con las
agrupaciones, como la actualización del registro de Bailes Chinos presentes en
el país, la entrega de certificación; la realización de encuentros y talleres
de transmisión de conocimientos y la protección de lugares ceremoniales, junto con un estudio de situación y asesoramiento, entre otros.”
(Fuente, www.cnca.cl)
Está claro como el agua. El señor ministro deberá agradecer a Dios
el gesto. Le ha resuelto la encrucijada, pues esto significa que el Embalse Puntilla del Viento no
podrÁ ser construido ya que inundaría un lugar ceremonial como es el Templo de Los Chacayes. Agradecer debería el ministro ya que se encontraba en medio de las presiones
de los vecinos y de aquellos empresarios que querían “hacer su negocio” con
todas las construcciones y reconstrucciones que contemplaba el proyecto de más
de 500 millones de dólares.
Esperamos que con este reconocimiento las autoridades del gobierno
de Chile tomen conciencia del valor que poseen territorios ancestrales que son
los depositarios de nuestra historia y nuestra identidad. Pero además, ojalá
las autoridades comprendan que cuando la fe se pone a prueba el cielo se
encarga de poner las cosas en su debido lugar.